Hoy quiero compartir con ustedes una experiencia que me encantó, y me continúa llenando de placer cada vez que tengo la oportunidad de vivirla. Es que soy un poco fanática del clima y las energías que inundan los dojos de cuerdas o cualquier otra disciplina.
La vida de dojo es una experiencia inolvidable y profundamente enriquecedora, ya que todo lo que se vive trasciende el mero y simple aprendizaje de cuerdas y queda anclado muy profundamente en nuestra alma...
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